EL FRÍO Y LA NFL

Por: Carlos Andrés Gallegos Valdez
 

Cuando los indicadores de los termómetros viajan hacia la parte baja, es momento de sufrir. Las manos congeladas, el titiritar de los dientes, los vientos salvajes, el gasto de energía en calentadores y chimeneas, los abrigos de pieles animales, las neblinas espesas, y las tormentas de nieve que obstruyen carreteras y disfrazan de blanco los caminos de asfalto de las ciudades, son síntomas que le dan la bienvenida al invierno. Llegó la época de abrigarse, de los regalos de Navidad y la puntual llegada de Papá Noel, del ponche y el pavo, y de las alzas en los ingresos económicos de centros comerciales, jugueterías y tiendas departamentales. También es tiempo de sentarse en la sala de la casa, prender el televisor, y disfrutar de las incidencias del deporte preferido de los estadounidenses, el futbol americano de la National Football League (NFL), una guerra de cascos y protectores donde gladiadores corpulentos se oponen a las inclemencias del tiempo con el objetivo de llegar al Supertazón y ganar el Trofeo Vince Lombardi.
 

En la NFL, el frío y las temperaturas bajo cero son protagonistas del juego, sobre todo en los meses de Diciembre y Enero, donde las últimas jornadas de la temporada regular y los Playoffs tienen un ambiente polar en algunos estadios del norte de Estados Unidos. Las ciudades de la Unión Americana que más padecen el frío son: Boston, Filadelfia y Nueva York, ubicadas en el este, en las aguas del Océano Atlántico; en el Oeste, Seattle y sus Halcones Marinos juegan a temperaturas bajo cero en Enero, y la región de los Grandes Lagos congela los termómetros en Cleveland, Chicago, Cincinnati, Pittsburgh, y por supuesto, Green Bay. También los poblados enclavados en cadenas montañosos atestiguan el frío, como Denver, en Colorado.
Grandes equipos han aprovechado el peso de jugar en un estadio tapizado de nieve y vientos gélidos, que suelen intimidar a rivales poco acostumbrados a esas condiciones climatológicas. Ejemplos: Green Bay en la década de los 60, los Acereros de Pittsburgh y su “Cortina de Acero” en los 70, los Osos de Chicago del corredor Walter Payton y su fastuosa defensiva llamada “los Monstruos de Midway” en los ochenta, o los Patriotas de Nueva Inglaterra de la década actual, con tres anillos de Superbowl en su haber.


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                                        Imagen del partido Nueva Inglaterra 59 Tennessee
                           Fuente: http://maximoavance.com/wp-content/gallery/nfl/ne-vs-tn.jpg


Para tener al frío de aliado, los equipos “agraciados” de jugar en la tundra tienen estadios al aire libre que se vuelven famosos por ser aduanas invencibles, donde el hielo y los vientos son o fueron un jugador más. Construcciones como el estadio de los Tres Ríos en Pittsburgh, el Veterans Stadium de las Águilas de Filadelfia, el Lambeau Field de los Empacadores de Green Bay, y el Campo del Soldado en Chicago, pasaron a la historia por proyectar imágenes intimidantes de pastos nevados, aficionados vociferantes con abrigos y victorias legendarias de sus escuadras.
Los altos mandos de la NFL también son intimidados por el crudo invierno del norte de Estados Unidos. Por eso el evento cumbre de la liga, el Supertazón, no se celebra en esas ciudades y Pittsburgh, Cincinnati o Boston jamás han contado con la oportunidad de recibir la sede de la gran final del futbol americano profesional. La NFL evita las temperaturas bajas mandando su evento medular a ciudades del sur del país como Nueva Orleans o Miami o a localidades con estadios techados o domos como Detroit, Atlanta, y recientemente Arlington, en Texas, sede de los Vaqueros de Dallas y su nuevo estadio que recibirá el Supertazón en el 2011.


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Stadium - Arlington, Dallas, Texas, USA

En el deporte, jugar en temperaturas de -10 o -15 grados centígrados es hazaña solo para los aventurados y los locos. Para la NFL, es parte de su cultura e idiosincrasia, y figuras de éste deporte como Jim Brown, Terry Bradshaw, Bart Starr, Brett Favre y Tom Brady, forjaron su reputación en esas condiciones meteorológicas. El invierno en la NFL, además de la evidente carga comercial que supone (las audiencias en televisión aumentan con la llegada de las fases decisivas de la liga, los partidos se vuelven más emocionantes, etc.), protagonizó algunos capítulos de la brillante historia de la liga, que presentamos a continuación:
EL TAZÓN DEL HIELO: El duelo más frío de la historia, que registró temperaturas de -25 grados centígrados (no es broma), más los 19 grados negativos extra por el factor de congelación, se jugó el último día del año de 1967 y fue testigo del triunfo de los Empacadores de Green Bay a los Vaqueros de Dallas por el campeonato de la Conferencia Nacional. Dos semanas después, los de Wisconsin le ganaron a los Raiders de Oakland y conquistaron su segundo Supertazón. El cuadro de Vince Lombardi ganaría ese partido 21 a 17 con una corrida de una yarda del mariscal de campo Bart Starr a falta de 30 segundos para el final.
Se cuenta que el mariscal de campo de los Vaqueros de Dallas, Don Meredith, sufrió de neumonía y fue hospitalizado, además, los silbatos de los árbitros y los instrumentos de una banda de guerra que amenizaría el partido se congelaron. Aún así, más de 50 mil aficionados llenaron el campo Lambeau y vieron la victoria de su equipo. De acuerdo a una lista organizada por nfl.com, es el mejor partido de la historia.
FREEZER BOWL: En 1982, los Bengalíes de Cincinnati derrotaron en la final de la Conferencia Americana a los Cargadores de San Diego en el duelo más frío en términos de factor de viento de la historia con -50 grados centígrados. La temperatura alcanzó los -22.7 grados Celsius. A continuación, una imagen de ese partido que llevó a los Bengalíes a su primer Superbowl.


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OTROS DUELOS

BUFFALO BILLS 29 LA RAIDERS 23: El juego divisional de la AFC de 1994 registró temperaturas de 18 grados bajo cero. A la postre los Bills llegarían a su cuarto Superbowl, y también sufrirían su cuarta derrota consecutiva.
GREEN BAY 20 NUEVA YORK 23: En 2008, la ciudad más fría de los Estados Unidos no pesó para llevar a Brett Favre y sus Empacadores al juego grande. Los Gigantes ganarían en tiempo extra con un gol de campo de Lawrence Tynes y darían la campanada en el Superbowl al derrotar a los Patriotas de Nueva Inglaterra. El termómetro registró esa noche 20 grados bajo cero.


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